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martes, 25 de noviembre de 2014

12 TIPS PARA COMPRENDER LA FIBROMIALGIA

Con este documento facilitado por el doctor Hidalgo, que consta de doce puntos escritos en primera persona, pretendemos dotar a las personas con fibromialgia, de una forma sencilla, las estrategias necesarias para comunicar en su entorno familiar y social, en qué consiste su enfermedad y las repercusiones clínicas que conlleva.
1. SUFRIMOS DOLOR CRÓNICO.

Los circuitos nerviosos que todos tenemos para “codificar” el dolor no funcionan adecuadamente. Lo que a cualquier persona no le duele provoca dolor en nosotras, y lo que le duele a todo el mundo, a nosotras nos duele más. Los dolores localizados que cualquier persona puede sufrir son diferentes en nosotras, porque tienden a extenderse por el resto del cuerpo.

2. NOS SENTIMOS TRISTES Y ANSIOSAS.

No solamente tenemos alterados los circuitos nerviosos responsables de las señales dolorosas. También se desajustan los circuitos responsables de las emociones y del estado de alerta, por eso estamos más ansiosas de lo normal, o a menudo nos sentimos tristes. 

3. NO DORMIMOS BIEN.

Es una enfermedad en el que el sueño no es reparador. Es “dormir sin dejar de estar despierto”, lo que hace que el organismo se vaya agotando, por no disponer de la reparación que nos aporta el dormir bien.

4. EL CANSANCIO NO NOS ABANDONA.

Vivimos alerta, no paramos, llevamos muchas cosas a nuestro cargo, no descansamos… hasta que nos agotamos. Además, la sangre riega menos nuestros músculos, y encima parece que éstos aprovechan menos la energía, no la gestionan bien.

5. NOS CUESTA CONCENTRARNOS Y SE NOS OLVIDAN LAS COSAS.

El no descansar bien, las tensiones continuas de la musculatura de la cabeza y del cuello, y las alteraciones en el riego sanguíneo faciliten que nos encontremos en estado de aturdimiento casi continuo, con “cansancio mental”. 

6. TENEMOS EL INTESTINO INFLAMADO.

Si la mucosa del intestino se inflama, las toxinas pasarán a nuestra sangre y nuestras defensas se resentirán. Las toxinas en las articulaciones harán que éstas se inflamen y duelan. Los nutrientes no llegarán bien a nuestras células, aumentando la sensación de cansancio continuo.

7. SOMOS MUY SENSIBLES A CUALQUIER TIPO DE ESTRÉS.

Los mecanismos que todos tenemos para afrontar las situaciones estresantes también se resienten. Tenemos menos “hormonas antiestrés”. Por eso somos tan sensibles a todo y podemos responder inadecuadamente ante situaciones difíciles.

8. A MENUDO LOS MÉDICOS NO NOS ENTIENDEN.

Es un proceso raro, poco conocido. Aunque cada vez se sabe más de la enfermedad, los médicos no se ponen de acuerdo, a veces no nos comprenden porque “no tenemos ningún órgano enfermo, pero nunca estamos bien”. 

9. NO HAY PRUEBAS DIAGNÓSTICAS.

El diagnóstico se hace por exclusión, descartando que, estando mal, no tenemos ninguna otra enfermedad orgánica que justifique nuestro estado. Antes de ir a un equipo experto, se ha de descartar que no tenemos ninguna enfermedad reumatológica, neurológica, traumatológica o sistémica que justifique nuestro estado.

10. PUEDE AFECTAR A MÁS MIEMBROS DE MI FAMILIA.

El hecho de que sea más frecuente padecer de fibromialgia en determinadas familias sugiere que hay una base genética, aunque aún no se haya encontrado ningún gen. Si tengo fibromialgia y mi hija comienza a sentir lo que yo sentí, el tratamiento precoz podrá hacer que no llegue a este punto; hay que controlar los dolores crónicos localizados para que no se generalicen. Se puede vivir bien y ser feliz con fibromialgia.

11. TRATAMIENTO MULTIDISCIPLINAR.

Todos los expertos en fibromialgia coinciden en que es necesario un tratamiento combinado y bien organizado. Con un tratamiento multidisciplinar nuestras vidas pueden mejorar mucho, aunque tengamos brotes y nos curemos. Los fármacos son necesarios, como la alimentación, el ejercicio o las terapias complementarias. Podemos tener una calidad de vida bastante buena, pero hemos de luchar por ello; no vale “esperar a que me curen”, hemos de ser nuestros mejores médicos.

12. TENEMOS QUE RECURRIR A TERAPIAS ALTERNATIVAS.

Las terapias alternativas son efectivas, pero no todas en la misma medida ni a las mismas personas. Cada una ha de explorar y utilizar la que mejor le vaya. Los tratamientos son sumatorios, de manera que no hemos de dejar lo que nos ha ido bien. Asumiendo que habrá crisis, la constancia será una de nuestras mejores armas.

Dr. Hidalgo Tallón
Director médico del IAF (Instituto de Apoyo a la Fibromialgia)
Director de la Unidad de Fibromialgia del hospital de Molina

domingo, 23 de noviembre de 2014

FIBROMIALGIA. UN TRASTORNO DE ESTRÉS OXIDATIVO

La fibromialgia es una enfermedad que cursa con dolor crónico generalizado al que se añaden otras condiciones clínicas como son la rigidez muscular, los trastornos del sueño, la fatiga crónica, la ansiedad, la depresión, o las deficiencias de tipo neurocognitivo y autoinmune.
Es una enfermedad que afecta a un varón por cada diez mujeres, especialmente en la edad media de la vida (1). La prevalencia es elevada, llegando a cifrarse en torno al 2% de la población general (2), y a pesar de ser actualmente un problema sociosanitario de envergadura (3), los tratamientos de efectividad contrastada son escasos. 

En cuanto a la etiopatogenia, la fibromialgia es una enfermedad difícil de ubicar, en cuyo desarrollo se han involucrado aspectos neurológicos, psicológicos, endocrinológicos e inmunológicos. 

Parece tratarse de la "enfermedad del agotamiento", en la que el individuo pierde su capacidad de adaptación ante los diversos estresores, desarrollando una clínica en la que coexisten signos y síntomas de lo más diverso. 

La similitud y diversidad sintomática con pacientes que han afrontado situaciones estresantes, como ocurre en los síndromes postconcusionales, avala la hipótesis de la desadaptación, bien primaria (que se desarrolla paulatinamente) o secundaria, es decir, con un evento estresante definido, de cualquier naturaleza, que el paciente relaciona con el comienzo del proceso morboso. 

Se puede concluir que un trastorno inespecífico de la desadaptación desemboca en un crisol sintomatológico que se establece sobre una clínica básica común a todos los pacientes, por eso todos son similares, pero todos son distintos, ya que en cada paciente habrá una situación concreta que limite en especial la calidad de vida. 

En este trabajo se revisan las características principales de la enfermedad desde el punto de vista del estrés oxidativo como base biológica del deterioro orgánico y de los principales síntomas que padece el paciente. 

Estrés emocional y estrés oxidativo 

De entre las condiciones asociadas a la enfermedad se han descrito varias que se podrían relacionar con situaciones estresantes; como tales tenemos la mayor tendencia a la somatización, los malos tratos recibidos en la infancia, el sufrimiento de traumatismos previos, el haber padecido determinados procesos infecciosos a lo largo de la vida, o incluso la edad media avanzada o la condición de divorciado. La diversidad de los factores desencadenantes hace pensar en procesos de desadaptación más o menos generalizada, condicionados por la exposición a estresores de naturaleza diversa. 

Para muchos autores, la enfermedad, aún de etiopatogenia desconocida, es un síndrome somático funcional cuya clínica se solapa con otros similares, como pueden ser el síndrome de fatiga crónica o el trastorno de estrés postraumático. Se supone que en el desarrollo de todos estos procesos jugaría un papel clave el estrés emocional ante experiencias vitales adversas (4). Van Houdenhove y colaboradores consideran a la fibromialgia como una enfermedad del estrés, y llevaron a cabo una revisión sobre el papel etiopatogénico y la relevancia clínica de los eventos estresantes en el desarrollo de síndromes que cursan con fatiga y dolor generalizado, proponiendo nuevos modelos de investigación que conecten el estrés psicológico con el neurobiológico (5). Y efectivamente, desde el punto de vista de la biología celular, podemos observar que las características clínicas más relevantes de la enfermedad cursan con trastornos en los que se han descrito alteraciones en el balance de oxido-reducción celular.

Los problemas psiquiátricos son comunes en fibromialgia, y se ha sugerido que una tercera parte de los pacientes padecen ansiedad o depresión; el trastorno de ansiedad se puede diagnosticar en el 27-60% de los pacientes, mientras que la depresión mayor oscila entre el 14 y el 23% (6). En comparación con los pacientes con artritis reumatoide, Walker y su equipo demostraron tasas significativamente superiores de trastornos psiquiátricos en los pacientes con fibromialgia (90% frente al 49%) (7). Desde el punto de vista biocelular, Sarandol y su equipo (8), al comparar 96 pacientes con depresión mayor con 54 sujetos sanos, pudieron demostrar marcadores de estrés oxidativo estadísticamente más elevados en los pacientes con depresión. Así, hallaron niveles plasmáticos elevados de malondialdehído (marcador del daño lipídico por estrés oxidativo) y una mayor susceptibilidad de los eritrocitos a la oxidación; ambos parámetros se correlacionaban con un aumento de la actividad de la superóxido dismutasa (SOD) eritrocitaria. También se vio que estos marcadores no revertían tras seis meses de tratamiento farmacológico. 

Felicity y colaboradores (9) llevaron a cabo una revisión a cerca del papel del estrés oxidativo en los trastornos psiquiátricos, concluyendo que la implicación del mismo es relevante, tanto en la depresión mayor como en los trastornos de ansiedad.

Fatiga crónica y estrés oxidativo 

Aparte de los trastornos anímicos, la fatigabilidad muscular en los pacientes con fibromialgia supone otra limitación clínica importante, y la falta de lesiones musculares anatomopatológicamente concluyentes (10) podrían apuntar hacia un trastorno de estrés oxidativo a nivel fibrilar (11) con una mala gestión energética por parte de la célula muscular. Es una realidad que el agotamiento músculo esquelético se relaciona con una elevación de especies reactivas de oxígeno más allá de las tasas normales, y se ha demostrado que el pretratamiento con suplementos antioxidantes es capaz de limitar la fatigabilidad muscular (12). 

Como se ha comentado, la fibromialgia es una enfermedad estrechamente asociada al síndrome de fatiga crónica, y ambas condiciones a menudo se confunden. Las dos son más frecuentes en mujeres que en hombres y cursan con dolor y fatiga generalizados, alteraciones del sueño, trastornos afectivos, depresión inmunitaria, etc. Se ha sugerido que estas enfermedades y otras similares como el trastorno de estrés postraumático y la hipersensibilidad a multiquímicos cursan con niveles elevados de óxido nítrico, que en presencia de anión superóxido sería oxidado, formando peroxinitritos y agotándose, con el consiguiente déficit vascular (13). Kennedy y su grupo han demostrado que, tanto en niños como en adultos con síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica se registran niveles elevados de estrés oxidativo en relación con los controles (14). 

Trastornos del sueño y estrés oxidativo 

El sueño no adecuado también es propio de la enfermedad, lo que se ha relacionado con déficit en la producción de hormona de crecimiento (directamente implicada con el deterioro muscular) (15) y con la disminución de los niveles de triptófano y serotonina, ambos precursores de la melatonina, de marcado carácter antioxidante (16,17). En este contexto es interesante remarcar que en el modelo del síndrome de apnea obstructiva del sueño se han evidenciado niveles elevados de estrés oxidativo, con aumento de la peroxidación lipídica a nivel plasmático, aumentos de adenosina y ácido úrico en orina y disminución de óxido nítrico endotelial, circunstancias metabólicas similares a las que se han descrito en fibromialgia (18), y que supondrían isquemia, acidosis y dolor. 

Hiperexcitabilidad central y estrés oxidativo 

Hoy día se acepta la existencia de fenómenos de excitabilidad central; estos fenómenos se han relacionado con alteraciones de la neurotransmisión, analíticamente constatadas por alteraciones de las tasas de diferentes neurotransmisores en el plasma y el líquido cefalorraquídeo. Estudios preclínicos recientes han demostrado el papel de las especies reactivas del oxígeno (Reactive Oxigen Species: ROS) en la hiperalgesia, vía activación de los receptores N-metil-D-aspartato (NMDA). Gao y su equipo (19), en un modelo preclínico de dolor, tanto neuropático como inflamatorio, pudieron demostrar que las ROS a nivel del asta dorsal acompañaban al dolor, y que la administración sistémica de un agente neutralizador de las mismas reducía la hiperalgesia mediante el bloqueo de la fosforilación a nivel de los NMDA. Posteriormente, el mismo grupo de investigación (20) (induciendo hiperalgesia por capsaicina en ratas) pudo demostrar el papel del anión superóxido como responsable del procesamiento anormal de la señal dolorosa en el asta dorsal, sugiriendo el papel terapéutico de la superóxido dismutasa mitocondrial (SOD-2) en estos tipos de dolor.

El estrés oxidativo en fibromialgia 

La etiopatogenia de la fibromialgia es tan oscura como diversa, y en ella se han implicado mecanismos de índole neurológica, neuroendocrina, traumatológica o inmunológica. Se ha sugerido que en la enfermedad subyace una alteración del balance óxido-reductor, con acumulo de radicales libres y distorsión de las capacidades energéticas celulares. Eisinger y su grupo, con objeto de determinar el alcance del daño por estrés oxidativo en la enfermedad registraron, a nivel plasmático y eritrocitario, el malondialdehido, los carbonilos proteicos y el óxido nítrico. Asimismo, para determinar la capacidad antioxidante también midieron las vitaminas A y E, los grupos tiol y los niveles de glutatión y glutatión peroxidasa. Estos autores pudieron observar que los carbonilos proteicos (productos de la peroxidación proteica) estaban aumentados, y el óxido nítrico y los grupos tiol estaban disminuidos con respecto a los controles (21). 

La pentosidina es un producto de la glicación proteica que suele estar elevado en enfermedades propias del estrés oxidativo tales como el Alzheimer, la diabetes o la arterioesclerosis, y Hein y Franke (22) encontraron niveles elevados de la misma en el plasma de pacientes con fibromialgia, sugiriendo procesos inflamatorios crónicos y disfunciones neuronales. 

Posteriormente, Bagis y su grupo (23) en una muestra de 85 pacientes con fibromialgia primaria (comparados con 80 controles) hallaron niveles bajos de la enzima antioxidante superóxido dismutasa, a la vez que niveles elevados de malondialdehido. 

En el año 2006, Ozgocmen y su equipo también registraron, con respecto al grupo control, niveles elevados de malondialdehido y niveles reducidos de óxido nítrico. Al tratar a los pacientes con sertralina o amitriptilina, estos parámetros no mejoraron a pesar de hacerlo los registros del FIQ (dolor y ansiedad) y los de la escala de Hamilton, lo que sugiere que la mejoría clínica no tiene porque correlacionarse con la mejoría en el equilibrio de oxidorreducción de los pacientes (24). 

Desde el punto de vista anatomopatológico, con microscopía óptica no se encuentran lesiones que no se hallen en otras miopatías, pero con microscopía electrónica Lund (25) observó imágenes sugerentes de mitocondriopatía, alteración del balance oxidorreductor a nivel miofibrilar y déficit de oxigenación en torno a los puntos dolorosos. Otros autores también han referido que en los músculos de los pacientes con fibromialgia hay un déficit de fosfatos de alta energía, signo de procesos isquémicos que generarían el dolor y la rigidez en la enfermedad; un tono adrenérgico mantenido podría ser el origen de la situación (26,27). Morf y cols. (28) evidenciaron alteraciones vasculares periféricas que mermarían la oxigenación tisular; con flujometría laser y microscopía capilar observaron que los pacientes con fibromialgia tenían menos capilaridad y más dilataciones e irregularidades capilares que los controles sanos. Más recientemente, Mclver y cols. (29) demostraron un menor flujo capilar, tanto en reposo como en respuesta al ejercicio aeróbico, en los músculos de los pacientes con fibromialgia, hecho que se correlacionó con una mayor fatigabilidad en el grupo de pacientes que en los controles sanos. 

CONCLUSIÓN 
A la vista de lo expuesto, se puede considerar que la fibromialgia es una "enfermedad del estrés" en la que subyace una alteración del balance de óxido-reducción celular, consecuencia de un aumento de la producción de radicales libres, una deficiencia de la capacidad antioxidante orgánica o de ambas circunstancias simultáneamente. Los hallazgos bioquímicos soportan esta realidad, y tratamientos tales como una dieta antioxidante, un plan de suplementos alimentarios o la ozonoterapia sistémica, con capacidad para mejorar la capacidad antioxidante, podrían ser opciones seguras y bien toleradas subsidiarias de ser ensayadas en el tratamiento de la fibromialgia. 
F. J. Hidalgo Tallón
Instituto de Neurociencias. Universidad de Granada
§ Formato Documento Electrónico (ISO)

HIDALGO TALLON, F. J.. Fibromialgia: Un trastorno de estrés oxidativo. Rev. Soc. Esp. Dolor [online]. 2012, vol.19, n.2 [citado 2014-11-16], pp. 95-100 . Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462012000200006&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1134-8046.
§ Formato Documento Electrónico (Vancouver)

Hidalgo Tallón F. J.. Fibromialgia: Un trastorno de estrés oxidativo. Rev. Soc. Esp. Dolor [revista en la Internet]. 2012 Abr [citado 2014 Nov 16] ; 19(2): 95-100. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462012000200006&lng=es.

martes, 18 de noviembre de 2014

LA REGLA DE LOS TRES DEDOS

Algunos consejos que te pueden ayudar a llevar una dieta antiinflamatoria para controlar la inflamación celular son:
1- Comer proteína en todas tus comidas. Las opciones recomendadas pasan por los pescados, pavo, pollo, huevos de corral, ternera, queso fresco, o proteína vegetal.
2- Consumir carbohidratos buenos y restringir los carbohidratos malos. Esta idea se traduce en que debes consumir carbohidratos poco glucémicos -que no disparan el azúcar en sangre- como verduras, frutas y legumbres; pero tienes que restringir los carbohidratos glucémicos -que elevan rápidamente el azúcar en sangre- como son la pasta, pan, arroz, maíz, patata, harinas refinadas y cereales. Las formas integrales de estos últimos alimentos pueden ser aceptables con mucha moderación si se toleran bien, pero los ideales son los no glucémicos previamente enumerados. El vino con moderación es un carbohidrato saludable.

3- Añadir algo de grasa saludable. Aunque mucha gente teme a toda forma de grasa, esto es un error. Tu cuerpo necesita estar lubricado y para eso debes consumir grasa. Pero no cualquier grasa, pues también hay grasa buena y grasa mala. La grasa saludable es la MONOINSATURADA de aceite de oliva virgen extra de primera prensa o prensado en frío, y frutos secos como nueces, almendras o avellanas, y la POLIINSATURADA del tipo omega 3, que puede ser vegetal -lino, nueces- o de origen marino -pescados azules-, aunque son muy superiores éstas últimas. Las grasas malas son las SATURADAS de la mantequilla, lácteos enteros, carnes grasas y embutidos. Otra grasa mala no, peor,  es la grasa llamada TRANS que podemos encontrar como 'grasas hidrogenadas' o 'parcialmente hidrogenadas' en algunos alimentos industriales del tipo margarinas, bollería, dulces y muchos otros. 

4- Repartir las comidas a lo largo del día. Lo ideal es hacer un desayuno, una comida y una cena y pequeños aperitivos o tentempiés a lo largo del día.  

5- Emplear la REGLA DE LOS 3 DEDOS.
La regla de los 3 dedos consiste en que en cada comida te mires 3 dedos (los 3 macronutrientes): 1. Proteína, 2. Carbohidratos buenos, 3. Grasas saludables. Si los tres están presentes en tu comida, es que está equilibrada. Tu organismo estará equilibrado.
PROTEÍNA + CARBOHIDRATOS BUENOS + GRASA BUENA. 

También nos puede ayudar:

- Dormir bien. La falta de sueño causa inflamación crónica. Incluso pequeñas faltas de sueño disparan un mecanismo celular en el que interviene la inflamación, tener muy en cuenta el descanso. 

- Dejar de Fumar. Fumar es la causa prevenible más importante de enfermedad y de envejecimiento prematuro, esto todos lo sabemos, también los fumadores pasivos. Fumar dispara una respuesta inmunológica del cuerpo que produce herida vascular, lo que se asocia con mayores niveles de marcadores inflamatorios.

- Pequeñas cantidades de vitamina D pueden ayudar a reducir la inflamación y los riesgos de enfermedades degenerativas. 20 minutos de sol al día son suficientes para mantener unos niveles aceptables de vitamina D, solo tienes que ponerte ropa blanca y al sol. 

- Hacer Ejercicio y conrtrolar el estrés eleva tus marcadores antiinflamatorios.

- Si deseas que tu lucha contra la inflamación sea más exitosa sólo hay que añadir un suplemento de omega 3, consumir especias y considerar otros suplementos de vitaminas y oligoelementos. 

-Beber agua, o bebidas que la contenga: agua mineral con limón o té que es una importante fuente de antioxidantes naturales como los polifenoles. Una taza de té verde, Pu-Erh o blanco son un remedio antiinflamatorio tradicional y altamente recomendable.

- Preferentemente y siempre que se pueda, es conveniente elegir alimentos orgánicos.

Metabólicamente una dieta antiinflamatoria es mejor para controlar la insulina, glucosa, el perfil lipídico (colesterol, triglicéridos..) y reducir la grasa corporal. Todo ello reporta incontables beneficios, como el de la reducción calórica sin hambre ni privación -ya que controlas el azúcar e insulina-, el método más contrastado para aumentar la esperanza de vida. 
CÓMO REDUCIR EL CONSUMO DE GRASAS SATURADAS

1- Sustituye la mantequilla o margarina por el aceite de oliva en las tostadas de tomate, humus...
2- Incluye jamón, pavo, nueces, almendras tostadas, olivas o pepinillos en tus aperitivos en lugar de productos de aperitivo fritos y embutidos grasos.
3- Acostúmbrate a comprobar el contenido de grasas en las etiquetas de los productos. Elige los que tengan un contenido más bajo en grasas saturadas: lo ideal son menos de tres gramos por ración.
4 - Pásate a los lácteos desnatados o semi, la leche de almendra, bebidas de soja o avena enriquecidas en calcio y elige los quesos frescos o tiernos en lugar de los curados.
5- Sustituye las carnes grasas  por cortes magros, pescado  y aves sin piel.
6- Reemplaza los embutidos grasos por jamón o pavo.
7- Consume al menos 2-3 veces por semana pescado azul como el salmón, las sardinas, la caballa, el arenque o el atún.
8- Incluye jugos de verduras y frutas frescas en el desayuno y en los tentempiés de media mañana o por la tarde.
9- Sustituye los dulces, helados y bollería industrial por otros elaborados en casa elaborados con lácteos desnatados leche de avena o soja y edulcorados con estevia o sirope de ágave.
10- Elige aceite de oliva virgen extra de primera prensa o prensado en frío para cocinar.

En resumidas cuentas, seguir los pasos que conducen a la dieta y estilo de vida antiinflamatorios es esencial para todos los que quieran disfrutar de una salud óptima y una vitalidad mayor. En el caso de que padezcas una enfermedad crónica o tengas indicios o riesgo de padecerla, es prioritario.En el juego de la salud y el bienestar tú eliges, eres el protagonista. Ya conoces  las reglas y eres libre para seguirlas. 

Un ejemplo de dieta antiinflamatoria podría ser:


domingo, 16 de noviembre de 2014

DIETA ANTIINFLAMATORIA Y FIBROMIALGIA

Como casi siempre, es una dieta que se ha puesto de moda en EEUU, pero la buena noticia es que quienes la defienden la identifican como una variación de la dieta mediterránea. El objetivo de este estilo de alimentación es luchar contra la llamada DIETA INFLAMATORIA debida a los alimentos procesados, ricos en ácidos grasos omega-6, pero pobres en omega-3.
La inflamación es un proceso de natural del organismo para protegerlo de sustancias extrañas, golpes, infecciones, virus, etc. En algunos casos el sistema inmune crea inflamación aunque no haya ningún ataque externo. Pero la inflamación no siempre nos beneficia, puede tener poder destructivo.
Existe otro tipo de inflamación, la inflamación crónica, en donde el sistema inmune ataca los tejidos sanos, como en los casos de diabetes tipo I, enfermedades coronarias, enfermedades reumáticas y sensibilización central, Artritis Reumatoide, Lupus, Fibromialgia, en enfermedades relacionadas con la edad Alzheimer, Párkinson, e incluso en el cáncer.
La dieta anti-inflamatoria proporciona un equilibrio saludable entre grasas omega-6 y omega-3. La gran mayoría de la gente come exceso de grasas omega-6, de las que el cuerpo produce compuestos tipo hormonas, llamados eicosanoides, que provocan inflamación crónica. 

¿CÓMO SÉ SI YO TENGO INFLAMACIÓN CRÓNICA?

Hay un examen de sangre para saberlo, la Proteína C Reactiva (PCR). Pero no hace falta ir al laboratorio para descubrirlo: si vives en un país desarrollado, tu alimentación se basa sobre todo en los hidratos de carbono y consumes abundante comida enlatada o precocinada, tienes sobrepeso y siempre estás cansada, tienes síntomas de inflamación crónica.

DIETA INFLAMATORIA
Cada vez que comemos algún carbohidrato, un tipo de azúcar, el cuerpo libera insulina del páncreas para almacenarlo en los músculos (si los ejercitamos, los azúcares van a los músculos) o como grasa. Demasiados carbohidratos en la sangre son identificados por el cuerpo como tóxicos e intenta eliminarlos lo antes posible.
Para esto, el páncreas segrega cantidades adicionales de insulina (hiperinsulinemia), y demasiada insulina produce inflamación. La conclusión es que cada vez que ingerimos cualquier tipo de azúcar podemos estar contribuyendo a la inflamación crónica.
Por otra parte, los carbohidratos como granos y aceites de granos, tan utilizados en alimentación, contienen abundancia de grasas omega-6. El cuerpo necesita ciertas pequeñas cantidades de grasa omega-6 para permanecer saludable, pero las cantidades que encontramos en las dietas modernas pueden ser 20 a 50 veces más altas de las necesarias.
El resultado es que se crea un gran desequilibrio entre la proporción de grasas omega-6 y omega-3. La proporción ideal es cercana a 1/1 y cuando ésta se altera se declara la inflamación crónica.
DIETA ANIINFLAMATORIA
La dieta anti-inflamatoria está inspirada en la dieta mediterránea, que en 2010 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La idea es que quienes la sigan consuman entre 2.000 y 3.000 calorías por día, dependiendo de su sexo, contextura y nivel de actividad física. De las cuales, entre un 40 y 50% debería provenir de los carbohidratos, un 30% de las grasas y entre un 20 y 30% de las proteínas.  Lo recomendable es mezclar los tres nutrientes en todas las comidas.
- Carbohidratos: preferir los productos menos refinados y menos procesados, con una carga glucémica baja. También evitar aquellos elaborados con harina de trigo y azúcar, como el pan y la mayoría de los snacks. Consumir más cereales integrales. Cocinar la pasta al dente y evitar productos elaborados con mucha fructosa como ciertos jarabes. 
- Grasas: reducir la ingesta de las saturadas como la mantequilla, crema, queso alto en grasa, pollo con piel y carnes grasas. Preferir el aceite de oliva extra virgen para cocinar. Evitar estrictamente la margarina y manteca vegetal, y todos los productos que los tengan como ingredientes. Incluir en la dieta frutos secos, en especial nueces, castañas y almendras. Para obtener los ácidos grasos omega 3 comer salmón, sardinas, arenque, bacalao negro, huevos, y semillas de cáñamo y linaza.
- Proteínas: disminuir el consumo de proteína animal -excepto la proveniente del pescado, queso de buena calidad y yogurt- y aumentar la vegetal, como las legumbres. El pescado azul o de aguas frías es la fuente natural más rica en ácidos grasos omega-3, la grasaantiinflamatoria. Los mejores pescados son el atún, el salmón salvaje (no de piscifactoría), arenque, trucha y sardinas. También las algas, el pescado blanco y el marisco, especialmente las algas de la comida japonesa (iziki, wakame, nori) y las ostras. Comamos “carne antiinflamatoria”. El polloes rico en ácido araquidónico que tiene un valor negativo en el factor de inflamación . Sin embargo, la carne de cerdo es inflamatoria, pero si el cerdo se ha criado al natural, la carne y el jamón contienen ácidos grasos monoinsaturado como el ácido de oliva, menos inflamatorios. Para evitar los efectos negativos en la inflamación, debemos escoger leches y lácteos de ganadería ecológica ya que contienen múltiples sustancias beneficiosas. Es mejor consumir leches y yogures semi-grasos y quesos más frescos como requesón, panela, ricotta y mozarella.
- Fibra: aumentar la ingesta de frutas, vegetales y cereales integrales.
-Fitonutrientes: protegen contra las enfermedades relacionadas con la edad (cardiovasculares, cáncer y neurodegenerativas). Para incorporarlos a la dieta se recomienda comer gran variedad de frutas, vegetales y hongos, en lo posible de origen orgánico. Asimismo, alimentos de soya y chocolate negro (con un contenido mínimo de cacao de 70%) con moderación.
También se aconseja tomar agua pura o bebidas compuestas mayormente por agua (té, jugos de frutas diluidos, agua mineral con limón) a lo largo del día. Si se bebe alcohol, lo ideal es que sea vino tinto.
La dieta anti-inflamatoria además le otorga mucha importancia a las hierbas y a las especies, como el ajo, el jengibre, la canela o la cúrcuma, todos los cuales ayudan a reducir la inflamación de forma natural. 
En resumen la idea es estabilizar el azúcar en la sangre comiendo alimentos de un índice glucémico bajo,  con grasas saludables, proteinas de calidad, tomando abundantes líquidos y comiendo verduras y frutas frescas  de bajo índice glucémico, mejor de origen ecológico.

lunes, 10 de noviembre de 2014

FIBROMIALGIA ALIMENTACIÓN Y OTRAS CUESTIONES


La fibromialgia es una enfermedad de estrés oxidativo, por lo que la dieta mediterránea, rica en antioxidantes, será una dieta adecuada. Algunos complementos alimenticios también pueden ayudar a controlar la enfermedad, y a fecha de hoy no se ha podido demostrar que una dieta sin gluten sea eficaz en pacientes con fibromialgia.

1-¿En qué consiste una dieta antioxidante? 

El estrés oxidativo es causa de múltiples enfermedades, así como del envejecimiento mismo, y tiene lugar cuando las células se van llenando poco a poco de radicales libres que entorpecen su funcionamiento. Para combatir esto, el organismo dispone de sistemas antioxidantes, que atrapan e inactivan estos radicales. Varios autores han demostrado que la fibromialgia es una enfermedad de estrés oxidativo, por lo que se propone una dieta rica en alimentos antioxidantes. La dieta mediterránea es rica en antioxidantes. Si quieres saber algo más de los antioxidantes, consulta aquí: ¿Qué son los radicales libres?

2-¿Es lo mismo una dieta antioxidante que una antiinflamatoria? 

En los procesos inflamatorios de las células hay aumento de radicales libres, por lo que si estos se controlan también se ayudará a la limitación de la inflamación. 

3-¿La dieta sin gluten es eficaz en fibromialgia? 

Es verdad que los pacientes de fibromialgia tienen muchos síntomas comunes con la celiaquía (estreñimiento, diarrea, dolores abdominales, etc.), y al igual que los celíacos son más propensos a padecer depresión, ansiedad, fatiga crónica o dolores articulares. Sin embargo, hasta la fecha no se ha podido demostrar que una dieta sin gluten sea eficaz en pacientes con fibromialgia. 

4-¿Es conveniente retirar los lácteos en la dieta de una persona fibromiálgica? 

Solamente si, con la realización de un dietario personal bien elaborado, se constata que la paciente no los tolera. En el espectro de la sensibilidad química múltiple, que afecta a numerosos pacientes de fibromialgia, vemos en la clínica que es importante que realicen temporalmente una dieta más o menos restrictiva que permita luego sacar conclusiones válidas a base de la reincorporación secuencial de alimentos. 

5-¿Son útiles en Fibromialgia los complementos alimenticios? 

Algunos. Se ha demostrado en estudios controlados que suplementos como el omega 3, la coenzima Q10, la clorella, el gingko biloba o las antocianidinas de los frutos rojos, con gran potencial antioxidante ayudan a controlar los síntomas de la enfermedad. 

6-¿Y los preparados de jugos de frutas concentrados son eficaces? 

No hay estudios al respecto, pero si conservan las propiedades de las frutas que los componen sin duda son una buena fuente de vitaminas, fibra y otros nutrientes.

http://doctorjuanmadrid.com/fibromialgia-alimentacion-y-otras-enfermedades-parte-3/

domingo, 9 de noviembre de 2014

LA FIBROMIALGIA Y OTRAS ENFERMEDADES


1-¿Qué diferencia existe entre Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica?

Podríamos decir que en el síndrome de fatiga crónica predomina el cansancio sobre el dolor, y que en la fibromialgia predomina el dolor sobre el cansancio. Supuestamente en el síndrome de fatiga crónica participa más la vulnerabilidad del sistema inmune.

2-¿Cómo influye el dolor en la evolución de la enfermedad?

El dolor generalizado es el síntoma primordial en la enfermedad, y éste depende en gran medida de dolores periféricos, localizados en zonas concretas, que contribuyen a la hipersensibilidad dolorosa. Se supone que si en un paciente con fibromialgia predomina un dolor determinado, por ejemplo en el cuello, la cabeza o la región lumbar, y conseguimos que mejore, esto influirá positivamente en la percepción general del dolor y en la calidad de vida. Este concepto es fundamental en una estrategia terapéutica multidisciplinar.

3-¿A todas las personas le afecta en el mismo grado la enfermedad?

No. la calidad de vida que se pierde no depende solamente del dolor, si no también de la gran variedad de síntomas acompañantes, diferentes de una persona a otra. Hay pacientes que se quejan más del cansancio crónico que del dolor. También influirá la intensidad de un dolor concreto, localizado. Por otro lado, el estado anímico es muy importante, así como la forma de “vivir la enfermedad”. Sabemos que los pacientes que no aceptan la enfermedad y victimizan suelen tener más dolor y mucha menos calidad de vida.

4-¿Con qué otras enfermedades se puede confundir la fibromialgia?

Principalmente con las demás enfermedades que cursan con dolor crónico y/o debilidad, principalmente de perfil reumático y/o autoinmune. Principalmente, habrá que descartar, mediante pruebas complementarias específicas, enfermedades como: 

la polimialgia reumática 
la artritis reumatoide 
la espondilitis anquilosante 
el hipotiroidismo 
las neuropatías 
los síndromes de dolor miofascial 
etc. 

5-¿Un paciente puede tener artritis reumatoide y fibromialgia al mismo tiempo?

Sí. Se pueden cumplir los criterios de fibromialgia (dolor generalizado, fatiga crónica, trastornos del sueño, limitaciones cognitivas, síndrome ansioso-depresivo) y que además la analítica de la artritis reumatoide sea positiva y se evidencie daño en las articulaciones afectadas.

6-¿Qué relación existe entre la Fibromialgia y el Hipotiroidismo?

El hecho de que ambas enfermedades presenten algunos síntomas comunes (fatiga no justificada, aumento de peso a pesar de mantener una dieta hipocalórica, intolerancia al frío, signo de Raynaud, etc) ha hecho que se relacionen desde los años 90, en los que se llegó a proponer, sin llegar a experimentarse, la hormona tiroidea para el tratamiento de la enfermedad. Hay varios trabajos intentando vincular ambas enfermedades, que podrían compartir un perfil autoinmune, pero aún no hay nada concluyente al respecto. Sí parece claro que en los pacientes con fibromialgia que además tienen enfermedad tiroidea autoinmune la sintomatología más severa.

7-¿Se puede considerar el hipotiroidismo subclínico como posible causa de la Fibromialgia?

No. La causa de la fibromialgia es generalmente multifactorial. No solo influye la biología de la persona, si no su manera de afrontar la vida y las mismas interacciones sociales (modelo biopsicosocial de enfermedad). En un estudio realizado en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau se midió la función del tiroides en 400 mujeres con sintomatología de fibromialgia, y ésta no fue diferente de la de las mujeres normales.

8-¿Un paciente puede tener al mismo tiempo fibromialgia e hipotiroidismo?

Por supuesto que sí. Son procesos que presentan algunas características comunes y que pueden coincidir en la misma persona.

9-¿Es cierto que el extracto seco de tiroxina es más eficaz que la levotiroxina?

No, hoy en día disponemos de levotiroxina en comprimidos con distintas dosificaciones, que nos permiten ajustar perfectamente la dosis que precisa cada paciente.

10-¿Cuál es la relación entre Fibromialgia y el Síndrome de Colon Irritable?

Son enfermedades comórbidas, que significa que tienden a coincidir en los mismos pacientes. En un estudio se vio que el 73% de las personas con fibromialgia también padecían colon irritable, mientras que en otros pacientes con dolor crónico, como los de artritis reumatoide, esta cifra bajaba al 37%.

11-¿Por qué algunas mujeres con fibromialgia tienen problemas de vaginitis o vulvodinia?

Estos síntomas forman parte de la llamada disfunción del suelo pélvico. El suelo pélvico está constituido por una serie de músculos y ligamentos que limitan y sustentan las vísceras de la cavidad abdominal, conformando una especie de hamaca que no solamente sostiene los órganos (vejiga, próstata, útero, vagina y recto), si no que interacciona con ellos y condiciona su correcta función. Nuestro grupo de investigación (CTS 502) está llevando a cabo un estudio al respecto.

12-¿Por qué la Fibromialgia se incluye entre las enfermedades de Sensibilización Central?

Porque se han podido medir fenómenos de hipersensibilidad en las redes nerviosas que codifican, tanto el dolor como las emociones. Hay mecanismos por los que las señales neuronales convergen de unas neuronas a otras, interpretando estas señales de una manera cada vez más exagerada. A esto se llama respuesta de sumación espaciotemporal de los impulsos, en este caso dolorosos. Generalmente, la larga evolución en el tiempo, propicia estos procesos de sensibilización central, que también son vulnerables al estrés emocional al que esté sometida la persona, de componente cognitivo y social.

Autor: Javier Hidalgo Tallon. Doctor en Medicina. Miembro del Grupo de Investigaciòn en cefaleas, fibromialgia y psicotropos de la Junta de Andalucia. Director de la Unidad de Fibromialgia del Hospital de Molina