¿Hasta qué punto sirven las buenas voluntades de recoger firmas y presentarlas a nuestros gobernantes españoles, europeos o mundiales?
Un año más vuelve el 12 de mayo, día de la Fibromialgia y por extensión de las enfermedades de sensibilización central SSC, y seguimos en el mismo proceso de enrocamiento que los años anteriores.
Los pacientes lamentándose y recogiendo firmas, los profesionales unos mirando hacia otro lado, otros conviviendo con los lamentos, por la falta de recursos para investigar y otros conviviendo entre los unos y los otros, con una mano pidiendo parabienes a los afectados y con la otra dándose golpes de amiguetes en la espalda, con una administración que penaliza a los afectados mediante la reforma laboral y sanitaria.
Podemos indagar en la genética, en la mitocondria o en los peróxidos, inmunologia, etc, etc…, pero la realidad es que nuestros organismos acumulan basura y esta obstaculiza el desenvolvimiento normal de la célula en su medio tanto intracelular, como extracelular, por lo que tan solo puede intentar adaptarse, mutar para sobrevivir o morir.
Vetar la contaminación medioambiental y regular la omeostasis celular, no es ciencia ficción, es afrontar el problema de muchas enfermedades, entre las que se encuentran las de SSC, de un modo consecuente y que ofrece buenos resultados.
Estamos ante unas formas de gobiernos, presuntamente corruptos, sean del color que sean, vendidos a los intereses de las multinacionales, permitiendo que sea más barato contaminar y atentar contra la salud pública, que ejercer un control sobre los mismos. Estructuras empresariales que favorecen estudios científicos favorables a sus intereses y gobiernos que privan el aporte de recursos a los estudios independientes que contradicen los anteriores.
No solo no se respetan las pocas enfermedades de SSC reconocidas por la OMS, como la Fibromialgia o la Encefalomielitis miálgica/Sindrome de fatiga crónica, si no que también se ignoran las sensibilidades químicas múltiples y la contaminacón blanca que causa la electrohipersensibilidad, sumándose para más INRI el grave riesgo de la contaminación electromagnética, al permitir “secuestrar las propiedades privadas” de las comunidades, como pueden ser las terrazas, en beneficio de las empresas de telefonías, “El Congreso da luz verde a la nueva Ley General de Telecomunicaciones”
¿Nos extraña que la electrohipersensibilidad no sea reconocida?
Un año más volveré a incidir en la responsabilidad de los profesionales y de los que se otorgan ser referentes ante las enfermedades de sensibilización central y están en las áreas formativas de las universidades, que afronten el fracaso que manifiestan tras múltiples años de docencia e investigación inertes. Prueba de ello es el desconocimiento existente por parte de la mayoría de los profesionales que se graduaron. Sería ridículo que unos profesionales de la medicina no supieran de la diabetes o del asma. Pues es lo que ocurre con las enfermedades de sensibilización central, la mayoría no las conocen y de los que las conocen, existe una mayoría que las aprecian como psicosomáticas.
Mas grave es que profesionales referentes y que por un lado firman diagnósticos y formulan informes, también mantengan este criterio, pese a que al ser descubiertos pretendan hacer creer que ha sido una falsa interpretación o existen fantasmas contra las unidades de referencia que gestionan.
Se acercan las elecciones europeas, seamos consecuentes ante ellas y no permitamos que aquellos que tienen capacidad y poder en incidir comunitariamente, sigan en el poder. Este sería el mejor acto reivindicativo comunitario ya que pasan de nuestros problemas y de nuestras reivindicaciones.
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