Los defensores de esta tesis, abogan por la utilización del concepto de CSS como un nuevo paradigma que sería de utilidad para enfocar la explicación y el diagnóstico tanto de la Fibromialgia, Encefalomielitis Miálgica o Síndrome de Fatiga Crónica, Sensibilidad Química Múltiple, Electrohipersensibilidad y otras enfermedades emergentes que se presentan con cierta frecuencia en pacientes de forma simultánea.
Estas patologías participan de una serie de características comunes:
- Se trata de enfermedades de sensibilización central de carácter crónico.
- Están relacionadas con factores ambientales.
- Siguen registrando dificultades de diversa índole para su diagnóstico a pesar de que los criterios de dicho diagnóstico hayan sido establecidos en el ámbito internacional.
- Traen consigo una alteración de las capacidades laborales, de la autonomía personal y de la vida social.
- Carecen de tratamiento curativo, por lo que demandan una atención basada en tratamientos paliativos o cuidados centrados en una perspectiva sociosanitaria que garantice la calidad de vida de la persona enferma, mediante el fomento de su autonomía y cuidado, la prevención del deterioro y la igualdad de trato y de oportunidades.
Todas ellas acarrean gran dolor y sufrimiento y quienes las padecen se enfrentan, por lo general, a una tremenda incomprensión por parte de la sociedad y las distintas instancias sanitarias, sociales, educativas, etc. A menudo, la persona enferma padece dos, tres de ellas o, incluso, las cuatro dolencias. Parece existir un nexo evidente entre la proliferación de estas enfermedades y la liberación de sustancias tóxicas a la atmósfera y las aguas, el uso de productos químicos de inocuidad no testada en alimentos, productos de limpieza e higiene, edificios, etc.
Se hace preciso que las administraciones concernidas ofrezcan a estas personas una atención integral en los ámbitos sanitario y social; garanticen la formación de las y los profesionales de la salud, tribunales de justicia y, en general, servicios públicos de atención directa; incorporen la prevención en el currículo educativo; investiguen sobre su etiología y tratamiento; favorezcan la protección y mejora del medio ambiente y contemplen en sus actuaciones los principios de precaución, transparencia e información ambiental, entre otras medidas. Es nuestra responsabilidad como ciudadanos y ciudadanas comprender, reconocer e integrar a estas personas, así como contribuir, mediante un consumo responsable y prácticas respetuosas con el medio ambiente, a la mejora de su calidad de vida, en definitiva, la nuestra.
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